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FRENTE A LA CRUZ | En la Cuaresma, entrega tus debilidades y fracasos a Jesús

Los apóstoles son un ejemplo de transformación que debemos imitar

La Cuaresma comienza la próxima semana (el 26 de febrero es Miércoles de Ceniza), y las lecturas de esta semana pueden ayudarnos a pensar en el futuro y a preparar nuestros planes para la Cuaresma.

El apóstol Santiago nos urge a no ser como “una ola del mar que es impulsada y sacudida por el viento.” Si simplemente seguimos nuestros deseos seremos empujados hacia cualquier lugar. En la vida de fe necesitamos ser más estables que una ola.

Cada resolución de Cuaresma contribuye en algo a la vida de fe, y eso es bueno. Sin embargo, las resoluciones de Cuaresma de último minuto a menudo carecen del conocimiento interno acerca de dónde necesitamos desarrollarnos más — donde debemos arrancar la maleza y echar raíces más profundas.

De manera que justo ahora es un buen momento para comenzar a pensar: ¿Cómo podría la Cuaresma ayudar a que no seamos como una ola?

La caracterización de los apóstoles en el evangelio de San Marcos es un gran estímulo para nosotros.

El martes, escucharemos acerca del momento en el cual se olvidaron de traer pan para el camino. Jesús les advierte que deben protegerse de la “levadura” de los fariseos. Él hablaba de la hipocresía, ¡pero ellos pensaban que Él estaba hablando acerca de la falta de pan! Él les recuerda acerca de los momentos en los que multiplicó los panes para 5.000 y 4.000, para explicarlo claramente: Él es perfectamente capaz de producir el pan. Entonces los reprende diciéndoles: “¿aún no entienden?”, pero uno de los puntos claves de Marcos es justamente ese: ¡Ellos no entendían!

El jueves, escuchamos acerca del momento en el que Pedro confiesa que Jesús era el Cristo, mostrando así su gran visión de la identidad y misión de Jesús. Sin embargo, inmediatamente después, reprende a Jesús por hablar acerca de la cruz, y así muestra su profunda confusión e incomprensión de la identidad y misión de Jesús.

¡Una vez más, san Marcos nos dibuja un retrato de los discípulos con el que es fácil identificarnos! Como ellos, hay momentos en los que mostramos una gran fe, momentos en los que mostramos una profunda confusión, momentos en los cuales compartimos la misión de Jesús, y otros en los que obstaculizamos el trabajo del Señor.

Este es precisamente uno de los puntos de san Marcos. Los apóstoles comenzaron exactamente como nosotros. Luego sucedió algo: sus repetidos fallos fueron seguidos por una transformación, y se convirtieron en grandes héroes de la fe. Quizás, si ellos comenzaron de la misma forma que nosotros, también nosotros podemos finalizar como ellos, pero también debemos sufrir una transformación.

La Cuaresma nos ayuda con eso. Y lo hará si entregamos a Jesús nuestras debilidades y fracasos. San Agustín lo explicó de la siguiente manera: “Dios quiere llenarlos a cada uno de ustedes con lo que es bueno; ¡por lo tanto desechen lo malo! Si Él desea llenarnos con miel y usted está lleno de un vino agrio, ¿adónde irá la miel? Debe vaciarse el contenido del vaso y luego debemos limpiarlo. Sí, se debe lavar el vaso, aún si eso representa que usted tiene que trabajar duro y fregarlo. Debe hacerlo apto para recibir las nuevas cosas”.

Ese es un buen consejo para la Cuaresma.

¿Dónde tenemos mayor necesidad de ser purificados? Quizás hay algo presente en nuestra vida que necesitamos que desaparezca o disminuya; quizás hay algo que falta en nuestra vida y que necesitamos esté presente o que se fortalezca. Piense y ore acerca de esto. Entonces, la próxima semana, su Cuaresma puede encarar este reto desde el principio.