FRENTE A LA CRUZ | Cada uno de nosotros puede escoger aceptar la invitación a la fe
El ejemplo de Nicodemo nos muestra cómo podemos crecer en la fe
Esta semana oiremos acerca del encuentro de Nicodemo con Jesús. Jesús nos habla acerca de la necesidad de “nacer de nuevo” de lo alto, del agua y del Espíritu. La conversación comienza con una nota positiva, pero a medida que avanza deja a Nicodemo cada vez más confundido.
Este patrón se repite muchas veces en el evangelio según san Juan. Lo vemos con la mujer samaritana en el pozo (Juan, 4). Lo que comenzó como una simple conversación toma giros más profundos, generando cierta confusión. Sin embargo, a través de varios pasos, la mujer gradualmente llega a la fe en Jesús.
El mismo patrón ocurre en el episodio del hombre ciego de nacimiento (Juan, 9). Lo que comenzó como una simple sanación se transforma en un motivo de división. Gradualmente, a través de varios pasos, el hombre llega a la fe en Jesús.
El mismo patrón se repite en la resurrección de Lázaro (Juan, 11).
De hecho, esta es una de las características especiales del evangelio de san Juan: contarnos el proceso por el cual las personas llegan a la fe en Jesús. En este proceso, cuando la gente encuentra dificultades, unos se mantienen allí con Jesús y otros simplemente se van.
La diferencia con Nicodemo, sin embargo, es que el proceso de crecimiento no llega a su conclusión en un solo capítulo. Más bien, ¡se desarrolla durante todo el evangelio! Cuando Nicodemo aparece por primera vez (Juan 3), Juan es cuidadoso al decirnos que vino a Jesús en la noche. Nicodemo está, en todo momento, en la oscuridad: física, intelectual y espiritualmente. Cuando aparece la próxima vez (Juan 7), los fariseos estaban planificando arrestar a Jesús. Nicodemo pregunta: “¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace?” Eso no es discipulado, con toda seguridad, pero Nicodemo está llegando a la luz. La próxima vez que lo vemos (Juan 19), están bajando a Jesús de la cruz. Allí está Nicodemo, “el que llegó primero a Él en la noche”, y llevó 100 libras de especias para utilizarlas en el sepelio. Él se asocia a sí mismo con Jesús al pie de la cruz, en forma pública y notoria, está completamente comprometido.
Caso contrario, esta semana escuchamos un relato extraído de los Hechos de los Apóstoles sobre la interacción entre Pedro, Juan y el sanedrín. Esta no es la historia del proceso de crecimiento en la fe; es acerca del rechazo persistente a la fe. También escucharemos el inicio del “Pan de Vida” en el episodio 6 del evangelio según san Juan, y sabemos cómo termina: “Como resultado de esto, muchos de sus discípulos regresaron a su antigua forma de vida y no acompañaron más a Jesús”. Es un recordatorio muy claro: Es posible rechazar la oferta de la fe.
Si el evangelio de san Juan se especializa en enseñarnos sobre el crecimiento en la fe, Nicodemo es uno de los personajes más esperanzadores para nosotros. Como él, quizás nosotros no la aceptamos en toda su extensión al principio. A lo mejor nos toma varios pasos, en un período largo de tiempo, antes de que nos comprometamos por completo. En el personaje de Nicodemo, Juan nos dice: está bien. Solo sigamos luchando. No nos alejemos.
Sin embargo, necesitamos recordar, que después del primer episodio, cuando Nicodemo está en la oscuridad, tiene una elección que hacer. Y a nosotros nos pasa lo mismo. En ese punto, ¿seremos como Nicodemo y aceptaremos la invitación a la fe?, ¿o seremos como los fariseos que continuamente la rechazan? La elección es nuestra.