SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | Las buenas preguntas son herramientas efectivas para la evangelización
Cuando hacemos buenas preguntas, abrimos a las personas a darse cuenta de lo que Dios está haciendo en sus vidas
Queridas hermanas y hermanos en Cristo,
¿Cuál es nuestra manera particular de sacar lo mejor de los demás?
Esa pregunta es buena para iniciar conversaciones. Es una forma de distinguir entre una habilidad natural y un carisma — un don del Espíritu Santo. Es una buena manera de notar lo que Dios está haciendo en y a través de ti y de los demás.
Esta semana leemos el Salmo 1. Se dice que los Salmos transmiten cada emoción humana y atraen a todos a la oración. Si ese es el caso, y si dependiera de ti, ¿qué pondrías en el primer Salmo y qué pondrías en el último Salmo?
¡Claro que no depende de nosotros! Pero, repito, es una buena pregunta, es una forma de extraer lo que es más prominente o más importante en la experiencia de otra persona.
¿Cómo crees que sea el Reino de Dios?
Jesús usa toda una serie de metáforas para hablar del Reino. Escuchamos dos de ellos esta semana: la semilla de mostaza que se convierte en un gran arbusto y la levadura que fermenta una gran cantidad de harina. Pero vale la pena pensar: si pudieras elegir una metáfora, ¿cuál sería la tuya? Hacer esta pregunta es una excelente manera de obtener más información sobre la imaginación de una persona, lo que espera o dónde encuentra descanso y alimento.
Las buenas preguntas hacen que las conversaciones sean excelentes. También son una herramienta muy eficaz para la evangelización. A menudo pensamos que evangelizar significa tener todas las respuestas correctas. Pero hacer buenas preguntas muestra a la gente que estamos abiertos a ellos, y que queremos abrir una puerta en lugar de empujarlos al otro lado de la puerta. Cuando hacemos buenas preguntas, abrimos a las personas a notar lo que Dios está haciendo en sus vidas. Hacer que la gente se dé cuenta de eso por sí mismos es una gran parte de la evangelización.
Continuemos.
Esta semana, en Efesios 2, San Pablo habla de Jesús como la “piedra angular” de nuestra fe. Es interesante que, en griego bíblico, no hay distinción entre la palabra para “piedra angular” y la palabra para “piedra corona o que remata”. Pero esas son realidades arquitectónicas diferentes. La piedra angular es la primera piedra colocada y todo lo demás en un edificio se mide a partir de ella. La piedra corona es la última piedra colocada en un arco (como el Arco de San Luis) y mantiene unida toda la estructura. Entonces, ¿de qué manera experimentas a Dios como la piedra angular de tu vida, la línea de base para medir todo lo demás? ¿Y de qué manera experimentas a Dios como la piedra corona de tu vida, el que permite que todo encaje? Si pudieras experimentar uno de esos más profundamente, ¿cuál sería?
Finalmente, esta semana, en Efesios 6, escuchamos a San Pablo usar una metáfora para la vida de fe. Él habla de ella como la armadura de Dios, y desarrolla la metáfora: el casco de la salvación, la armadura de la justicia, el escudo de la fe y así sucesivamente. Si pudieras articular una metáfora para la vida de fe, ¿cuál sería? ¿Qué elementos de la música (armonía y discordia), o ejercicio (trabajo en equipo y perseverancia), o jardinería (regar y desyerbar) y así sucesivamente usarías?
Todo lo Hago Nuevo (All Things New) está destinado a energizar nuestro sentido de evangelización. Si pudiéramos mejorar en hacer buenas preguntas, creo que podríamos encontrar que la evangelización es una tarea menos desalentadora.