SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | La cuaresma es el tiempo para un examen más profundo
Tomemos estas semanas para examinar los detalles de nuestra vida espiritual
Queridas hermanas y hermanos en Cristo,
¡Bienvenidos al centro de la Cuaresma!
Los domingos tercero, cuarto y quinto de Cuaresma, la Iglesia nos da la opción de utilizar los Evangelios para el “Examen”: La mujer en el pozo (Juan 4), el Ciego de Nacimiento (Juan 9) y la resurrección de Lázaro (Juan 11).
Estas lecturas del Evangelio se utilizan cuando una parroquia tiene catecúmenos adultos (que quieren el bautismo) o candidatos (que buscan la comunión a través de la Confirmación y la Primera Comunión), quienes se están preparando para recibir los sacramentos en la Pascua. Cada uno de estos episodios del Evangelio sigue el mismo patrón: una revelación profunda de Cristo en la vida de alguien- entonces Él le muestra más, y le da a esa persona una iluminación más profunda acerca de quién es Cristo — le da una mayor comprensión.
Estos Evangelios se utilizan en estas semanas porque reflejan lo que le ha sucedido a los catecúmenos y candidatos. Jesús se mostró a Sí mismo más profundamente ante ellos. Ellos han comprendido más profundamente quien es Él, y se preparan para hacer un compromiso definitivo con Él en sus vidas. Mientras que ellos se detienen para pensar y rezar acerca de esa relación más profundamente, todos estamos invitados a hacer lo mismo.
Una forma en la que les propongo que aceptemos esa invitación en estas semanas, en medio de la Cuaresma, es preguntarnos: ¿los detalles importan?
Cuando vamos a ordenar nuestro café, ¡ciertamente creemos que los detalles importan! Cuando se trata de presentar nuestros impuestos, queremos un contador que crea que los detalles importan. Cuando se trata del mantenimiento de nuestro automóvil, todos queremos un mecánico que crea que los detalles importan. Y si tenemos que someternos a una cirugía, ¡queremos un cirujano que crea que los detalles importan!
Lo curioso es que cuando se trata de la vida espiritual y religiosa, nuestra cultura propone que los detalles no importan. Pienso que es un punto ciego psicológico y espiritual que necesita curación. Si los detalles importan en nuestra vida diaria — para el café, los impuestos, el mantenimiento del automóvil, la cirugía y cientos de cosas más — entonces, ¿cómo es que terminamos pensando que “pero en la vida espiritual y religiosa, es suficiente tener buenas intenciones”?
No estoy diciendo que las buenas intenciones no importan. Por supuesto que importan, pero si en cualquier otra área de la vida sabemos que solo con las buenas intenciones no es suficiente, y que la atención a los detalles importa, entonces es un doble estándar decir que cuando se trata de la vida espiritual y religiosa, es suficiente tener buenas intenciones y que no importan los detalles.
No queremos convertirnos en Fariseos modernos que enfatizan demasiado los detalles. Sin embargo, si uno de los errores predominantes en la época de Jesús fue enfatizar demasiado los detalles, entonces un doble estándar acerca de los detalles es uno de los errores predominantes en nuestros días. Ambos errores necesitan corregirse.
Quizás, al entrar en estas semanas intermedias de la Cuaresma, podríamos tomar nuestro propio periodo de revisión. En las próximas dos semanas — desde el tercer Domingo de Cuaresma al cuarto, y del cuarto al quinto — pidámosle a Jesús que nos muestre, más profundamente, las maneras en las cuales los detalles de nuestra relación con Él importan. Y consideremos como podemos abordar esos detalles más deliberadamente en respuesta al amor que Él nos da.